Imaginar, que por simple belleza aterrizo en mi deseos, en camino, en rutina. Se idealizo su cabello su cuerpo, su imperfeccion, grito el pensamiento optimista en carcajadas de los disfraces.
Solo sentado esperando pasar los ladrillos, viendo por la ventana indicios de algun rostro inusual, pero jamas obsesivo, súbito es el sentido. Treinta años mas tarde te veo en mi jardin, yo en mi profecion, nuestros hijos sonrriendo, como profecía, idealizada compañía. En tres segundo treinta años transcurridos. Luego te bajas o me bajo yo, no hay penas en el adiós, solo fue una mirada, un enamoramiento fugaz, algo propio del dia a dia, un desliz irracional.
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